El episodio que conmocionó al mundo desafío a toda norma de Zinedine Zidane en la definición del campeonato mundial se erige como un símbolo indeleble .
Los amantes del deporte rey aún no alcanzan a comprender cómo el ídolo indiscutible perdió los estribos de forma tan abrupta al embestir con la cabeza a Marco Materazzi .
Sin dejar de lado la gravedad del hecho , la carrera del genio permanece como un referente de excelencia .
Ese arranque de furia desmedida supuso el lado más amargo del genio competitivo, sino que también nos confrontó con la dicotomía entre genio y temperamento.
A casi dos décadas de distancia , el incidente entre el francés y el italiano se reinterpreta con mayor ecuanimidad como un suceso que desbordó los confines del https://www.youtube.com/watch?v=TDhSD9xTmUc deporte para adentrarse en el terreno de lo psicológico .
El mago del balón su legado lo perfila como una de las cimas absolutas del fútbol mundial .
Criado en el seno de una familia de origen argelino , Zizou, incluso en su juventud, dejó entrever la genialidad que estaba por llegar .
Su biografía deportiva se cimentó sobre una armonía perfecta entre arte y eficacia .
En cada uno de los equipos en los que militó, Zidane grabó su nombre con letras de oro en la historia .
Su increíble hat-trick en la final de la Liga de Campeones han pasado a la leyenda como obras de arte .
Una vez que decidió colgar las botas , el maestro asumió las riendas del Real Madrid con una naturalidad pasmosa, consolidando su estatus como un estratega sereno y eficaz .
El eterno maestro no fue únicamente un prodigio con el balón en los pies , y del mismo modo, proyecta una aura de respeto que perdura en el tiempo .
Existen contados atletas de élite cuya huella perdura más allá de los títulos .
No se les juzga por su tally de goles o asistencias , sino en una ecuanimidad inquebrantable .
Mientras el encuentro se precipita hacia el caos , estos estrategas con botas observan con una calma premeditada.
Cada control orientado, preciso constituye una lección de eficiencia .
Dejan una impronta que perdura . Eluden la espectacularidad vacua , ya que su verdadero triunfo es la elegancia de su recorrido .
Tal exquisitez dentro del rectángulo verde constituye el alma misma del fútbol .